18 de julio de 2011

En Torno a la Solidaridad II (Entrada Republicada).

 por Enrique Morales Mery

En la primera reflexión hablaba sobre la idea de entender a la solidaridad como una no virtud en si misma. En simple, había que reconocer que incluso entre delincuentes y fanáticos se practica solidaridad; por ello su sola manifestación no asegura nada. Requiere de una acción humana sensible socialmente y responsable respecto de su propia agencia. Ello idealmente en coherencia con el pensar y sentir de quien ejecuta la solidaridad y porque no agregar también de quien la recibe. En esta reciprocidad me quiero detener, una solidaridad colectiva cerrada pero plasmada sobre bases nacionalistas o de etiquetas de grupo, puede ser una excelente instancia formativa o de repliegue en espera de cambios. Puede ser un escenario propicio para generar una contracultura. Si esto perdura de cara al dialogo la solidaridad cerrada puede ocasionar efectos contrarios. Las negativas consecuencias a largo plazo afectan incluso a estos grupos que queriendo tomar conciencia de si mismos y de su realidad, terminan facilitando la construcción de muros sociales, de restricciones para entender su mundo desde lo ajeno y por ende consolidando un primordialismo con identidad estática. El precio que paga la cultura y su potencial reproducción es el precio de la conversación mas amplia y la adaptación dinámica.
Desde otra vereda se deja ver la solidaridad abierta, que al igual que el concepto anterior centra su valor en la membrecía, en la solidez del vinculo; la notable diferencia en esta otra visión radica en un doble propósito, una actitud de tolerancia y respeto mutuo en apertura y con disposición al cambio interno, en términos colectivos e individuales. Asimismo, otro propósito es generar un sentido de vinculación, de comunidad mas amplio, sin por ello eliminar las bases de pertenencia depositadas en cada grupo. Aquí se comparte un mínimo de principios y valores que posibiliten la convivencia social con la mas amplia sociedad. En este sentido de solidaridad, de carácter vincular, mas allá del acto de ayuda o colaboración fraterna, se sientan las bases o no bases del dialogo en todo orden o desorden de cosas…
Se dice que quien o quienes puedan lo mas pueden a su vez lo menos. El concepto de solidaridad abierta como ha sido descrito captura el lado positivo de la solidaridad cerrada pero no es ciego a su lado torvo. Por este motivo y cuidando los términos de la reciprocidad, la solidaridad abierta en consonancia con la democracia, es un punto de partida y de destino en orden a construir, en continuo dialogo, la historia de una sociedad, desde lo particular a lo general, sin por ello borrar sus líneas de identidad a cada paso del proceso.

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