7 de julio de 2011

Los propios miedos...

Leía a Susana Rotker citada por Amado Lascar en su obra Lo Chileno en Tierra Mapuche y me detuve ante estas letras:

... La idea de la barbarie fue en parte un ejercicio de distanciamiento cultural y un modo de proyectar, en un grupo ajeno, los miedos que se querían controlar en el propio.

Considerando el contexto al que se dirigen estas palabras, el periodo de consolidación de los Estados - naciones, ello a la par de una idea civilizadora y de progreso emparentada con los ideales del liberalismo, me surgen tres comentarios,
- La construcción mas que verificación de la idea de barbarie se hizo a partir de una jerarquización del lenguaje y la cultura asociada; se estableció una lógica de etiquetar lo superior y lo inferior desde la dominancia cultural y finalmente se remitió el termino cultura a los dominados. El resto es el no folclore, el no dialecto, el terreno de los valores y principios a desear y que no se comparten en el terreno de lo publico, ahí no se transa la dominancia, ahí esos valores y principios se dan por hecho y garantizados.
- El denominado distanciamiento cultural, engloba una política de "desconocimiento" y marginación con el fin de asegurar la preeminencia de lo propio incluso como herramienta para relacionarse con la otredad, con lo foráneo, con lo ajeno. Desde el lado de la desvirtuación del reconocimiento ello se asocia, el distanciamiento, con refinamiento, alta cultura, civilizacn (como conjunción de pedagogía reformadora y progreso lineal).
- Finalmente, y en ello el giro notable de Rotker, es forzar al grupo dominante a reconocer que ellos han forjado sus valores y acciones en un continuo cultural, imponiendo reglas de convivencia, no en base a pensamientos abstractos que no puedan ser cuestionados. La ola modernizadora liberal del siglo XIX abusó de ese distanciamiento que combinó e hizo heredar sin mas, la ambivalente postura  frente a la libertad y el colonialismo, frente a la libertad de uno en desmedro de la de otros. Lo que resultó de aquello movilizó, por ejemplo en Chile, a una literatura racista, clasista y pseudo progresista, como es el caso patente de Lastarria. Peor, esto movilizó el genocidio mapuche en pro de la dominación económica y cultural, vía un blanqueamiento o asesinato directo con la Pacificación; estableció además en el ideario político la uniformidad a partir de la instrumentalización del legado indígena, capturado en la imagen del guerrero anti español. Los otros que lucharon contra Chile, es mejor borrarlos. Vuelvo a la idea de Parekh, el liberalismo convive mejor en un plano, defensa de libertades individuales, defensa del ciudadano en un plano político restringido. Frente a la praxis de las diversas manifestaciones de vida los otros no tienen cultura, no tienen idioma, no tienen valores occidentales y otros etc. 
Como Frantz Fanon hizo ver, el episodio hitleriano le trajo a domicilio a Europa los males del colonialismo. Saquen conclusiones de cara a nuestra América Latina...

 

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