Bhikhu Parekh, Rethinking Multiculturalism p.47.
Esta decidora frase de Parekh reafirma el componente uniformista que existe al interior de la tradición liberal, ya sea que emane de Locke o incluso del liberalismo ético de Mill. Lo mismo ocurriría entre pensadores cristianos. Ahora bien en que se funda esta uniformidad?, se funda en la igualdad de los seres humanos, en el rechazo del racismo, en la igual consideración de intereses y en el abogar por la autodeterminación individual entre muchas otras cosas. En ello se gráfica una igualdad moral fundamentada por una idea universal de naturaleza humana, ya sea de raíces racionalistas o espirituales. El problema radica en la operacionalizacion de esta igualdad y en ponerla a prueba a nivel colectivo. Opera la misma igualdad acaso cuando hablamos de desigualdad cultural?, implicando por cierto una diferencia en la valoración de las culturas, o cuando hablamos por ejemplo del respeto hacia las personas pero obviamos el respeto a sus formas de vida?. Asimismo que de fructífero surge de la lucha contra el racismo si las reglas de juego permanecen incuestionadas dentro de la imperante dominancia cultural?; finalmente y englobando lo anterior que futuro podrá tener la libertad individual, la autonomía y la autodeterminación si no avanzamos en la generación de espacios para posibilitar la autodeterminación colectiva de pueblos subyugados? que peso tienen las libertades ejercidas puertas adentro o confiadas a unos pocos?. Con las bases de un conservadurismo cristiano o un liberalismo igualmente uniforme, la realidad solo replica el mundo de los que dominan, solo permite el desarrollo ciudadano individual, solo promueve una raquítica autonomía no relacional. Y tal como indica Parekh se vive en una extraña combinación de "igualitarismo" moral en convivencia con flagrantes desigualdades en los planos de nuestra identidad practica y colectiva.
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