En 1994 la banda de rock mexicana Café Tacuba lanza su segundo álbum de estudio titulado “Re”, llegando a ser uno de los más importantes de su carrera musical. El disco se caracterizaba por la exploración de varias tradiciones musicales que iban desde el rock industrial, ska, punk, grunge, funk, samba y sonidos de raíces latinoamericanas. Para Rossana Reguillo, este disco supone cierta actualidad respecto al estudio de las culturas juveniles. En su libro Emergencias de las culturas juveniles. Estrategias del desencanto (2000), comienza con un extracto de El Borrego, una de las líricas que componen la obra de los músicos mexicanos, a modo de epígrafe.
La canción constataba el presente, la pluralidad de modos de ser de los jóvenes mexicanos y como, además, los jóvenes mudan y se desplazan de un estilo a otro…Lo que se advierte solapadamente en la canción de Café Tacuba son algunos segmentos que componían las subjetividades de los jóvenes,que constituían sus identidades.
La identidad está configurada por el deseo… Lo que nos interesa, es que al analizar micropolíticamente a los jóvenes, las relaciones que establece consigo mismo, los otros y el mundo, involucra atender la formación del deseo en el campo social…¿De dónde vienen estos impulsos juveniles que se escapan de los aparatos de poder, pero que en cuanto nacen son capturados por el poder? Cuando se habla de micropolítica se quiere dar cuenta de la organización fragmentaria de la subjetividad, una determinada producción del deseo.
…La lírica abre un flanco sobre una micropolítica del deseo que se resiste a los grandes diagramas de poder. Bailar en una fiesta a los pies de los músicos, dar el espacio al contacto y la fluidez del deseo a través de la fiesta. Ésta no es mera liberación del deseo, sino un punto que conecta con otros puntos y que vehiculizan al deseo de un modo productivo…
…El concierto, la calle, la fiesta: momentos que desbordan al sujeto y que lo expone a la constitución política del estar juntos. De lo que se trata es ampliar el concepto de política e incorporar el conjunto de dimensiones micropolíticas que comprometen los diversos modos de vida, de desear, hablar, pensar y de proyectar el porvenir.
* Extractos del artículo incluido en el libro Política, educación y participación juvenil en América Latina, Raúl Zarzuri Comp. (Santiago de Chile: Centro de Estudios Socio-Culturales, 2011)
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