Utopía, el no lugar, el lugar imposible…en la génesis de algo, como mito fundacional o en su prolepsis como horizonte al que llegar. Ilumina sueños primordialistas de pueblos ancestrales o desencadena revoluciones de cambio a la espera de una sociedad perfecta, formada y deformada por la verdad certificada de una doctrina de turno. He sido insistente en citar a Eduardo Galeano y su fe en la utopía, una de corte simple, de franqueza inicial, hecha a la medida del impulso humano; como lo dice claramente la utopía sirve para caminar, nos empuja a horizontes, ya sea hacia pasados añorados o futuros deseados, pero al final del día, la utopia moviliza. Jamás deberíamos congelar las ideas, disociarlas de la realidad que las alimenta, jamás deberíamos atrofiarlas con una pseudo verdad absoluta o condenarlas a la estrategia panfletaria. De ese utopos prefiero arrancar…a esas alturas no me reconocería en la relación pensamiento acción.
Me resuenan dos excelentes aproximaciones a la utopía, una ya tradicional de Tomas Moro quien además ilustra una sociedad distante de los parámetros de éxito actual, su territorio utópico esta cargado de una sociedad imbuida por lo simple, por la solidaridad económica, el compromiso social y un alto sentido de comunidad y de respeto a la diversidad. Las jerarquías y los valores están invertidos y las riquezas desmedidas son símbolo de esclavitud. Desde otra posición doctrinaria y bajo la luz de nuestra época contemporánea John Rawls le da a la teoría política el rol principal de reflexionar en torno a lo que el llama lo utópicamente posible. Maravillosa forma de sintetizar el lugar del pensamiento en la vida humana, ya sea gestándolo o recepcionándolo.
Me queda impulsar mi vida y despertarla con una acción guiada por la convivencia social y los términos de coexistencia trazados por Moro, todo ello con el aliciente doctrinario de una teoría política tras ideas que solo se conquistan en la praxis política. La actividad critica tras lo utópicamente posible es el norte de una vida atenta, solidaria y en común.
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