4 de agosto de 2011

El Origen y Legitimidad del Poder Político.

por Enrique Morales Mery

Nadie dice que la alternancia en el poder no sea una característica positiva para la salud democrática, así tampoco nadie esgrime que no sea importante contar con legitimidad de origen al acceder al poder. El problema es que para ambos casos el asunto no termina ahí, se requiere consonancia con el contenido propuesto para ser alternativa viable y duradera de gobierno y al mismo tiempo se hace necesaria la legitimidad de ejercicio del poder. Y esto incluso cuando nos enfrentamos a un gobierno democrático, según los lentes de la democracia liberal formal. El pensador italiano Giovanni  Sartori da ciertas luces para entender lo que vive actualmente Chile. Siguiendo su clasificación de autoridad autoritativa y autoridad autoritaria, podemos decir que nuestras autoridades gobernantes, en todos sus niveles, confunden los alcances de un legitimo poder dado desde su origen y lo desfiguran pasando desde lo autoritativo, esto es aquella autoridad dada y ejercida en base al respeto de y hacia los ciudadanos, a un claro ejercicio de autoridad autoritaria, que se escuda en el poder impuesto por la fuerza usando como pretexto o por "sincera" confusión, la defensa de la estabilidad (desde una corta óptica de seguridad); el resultado es una desorientación respecto al dialogo, en conjunto con un poder que mantiene una agenda política unilateral y que establece una estrategia "disolutiva" para resolver conflictos. Ello produce un claro desgaste, falta de sintonia , y el desmerecer a la contraparte desatendiendo a su vez a la opinión publica.

La estrategia inicial del gobierno de sumarse a un mea culpa que involucrase a toda la clase política  para de esta forma disminuir la cuota de responsabilidad y la carga de la solución, solo ha dejado ver la postura gatopardiana (que cambie todo para que nada cambie) que sostiene frente a las múltiples demandas que exigen ser escuchadas. Los estudiantes no son ignorantes sin postura frente al tema, la oposición no es un grupo de instigadores con "cabecillas" para derribar al gobierno, los intelectuales que no opinan como la autoridad no son egoístas antipatriotas, en fin el resto que no aprueba la labor del gobierno, no es una anécdota, no es un numero de una encuesta antojadiza, no es una moda frente a ciertos temas, es claramente el sector originador y legitimador del poder político pero de aquel que no se desvirtúa por la fuerza, de aquel que no se captura en el desoír, aquel que vehicula y moviliza a ecologistas, estudiantes, minorías sexuales y otros tantos que nunca han dejado de ser ciudadanos, votantes y potenciales votantes, que existen mas allá de periodos electorales y que son mas que receptores pasivos de ofertones populistas. 

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