25 de noviembre de 2011

Excelencia Académica y puntajes SIMCE o PSU.


por Raúl Elgueta R.
Sociólogo y Doctor en Ciencia Política.
IDEA.  USACH.

Se nos pide que  midamos los colegios de acuerdo al puntaje SIMCE. Eso incentiva que los colegios se concentren en lecto-escritura, y no en desarrollo de capacidades analíticas o de pensamiento autónomo. Cuando se pregunta sobre cuestiones de conocimiento, bajo estas condiciones, se promueve el aprendizaje de memoria y todo se vuelve una especie de concurso de trivia. El inconveniente es que el conocimiento como trivia alienta la capacidad de responder y no la capacidad de reflexionar que emana de la capacidad de preguntar. 

La prueba SIMCE y PSU miden la capacidad que tienen los alumnos de seleccionar alternativas en preguntas cerradas. Incentiva nuestra capacidad para elegir, no induce a potenciar la capacidad de reflexión, no induce a un ejercicio afirmativo de la libertad. El fundamento de estas pruebas radica en tratar de medir conocimiento a una gran cantidad de personas. Sin embargo, no confundamos los problemas de medición que tienen estas pruebas con los problemas de educación. Los colegios no se pueden volver pre-universitarios, la excelencia académica no es sinónimo de puntaje SIMCE ni de puntaje PSU.

Francamente los incentivos de nuestro sistema educacional alientan la generación de estudiantes capaces de leer simplemente manuales. Las diferencias radican en que algunos han leído más manuales, o pueden leer manuales en otro idioma. Ojo, estamos hablando de los buenos alumnos, porque la gran mayoría ni siquiera tiene un rendimiento satisfactorio en lecto-escritura.

Parece ser que la mejor manera de comprender nuestra educación la encontramos en esa serie de personajes amarillos que se llama… disculpen ando un poco flojo en Trivia. 


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