La vida es un regalo que gozamos, nos elegimos (ya sea desde antes o durante...no pocas veces incluso después) y sobrevivimos. Muchos de nosotros eramos candidatos a morir, unos antes otros después por motivos de salud. Otros lo han sido por la defensa de la libertad de elección de una Madre y en desmedro a veces de la voluntad de un Padre. En los que sobreviven se gráfica la viabilidad física y espiritual, el hermoso nado contra corriente. Para quienes ejercen esa corriente solo parece ahondarse una libertad individual, disociada de lo relacional, disociada del compromiso mas amplio que generan las acciones que involucran mas personas. Pensar que es un tema sanitario es desestimar la vida humana en su integridad vital. Cuando miles de millones han corroborado la correlación potencia - acto solo queda acceder a la ingenuidad y sepultar a quienes no pueden elegir vivir. Nosotros tampoco lo hicimos, y si abstraemos el argumento quien o quienes nos dieron vida tampoco lo hicieron. Nos elegimos o no nos elegimos para compartir la vida a la luz de un destino común. Incluso ante un incesto o violación se elige la continuidad de un ser autónomo para la vida y no la del autónomo viviente para dar muerte al autónomo que carece de la capacidad verbalizable de elegir. Hay un lenguaje no verbal de elección de vida que se manifiesta en plenitud...acercate a tu corazón y lo veras.
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