12 de julio de 2011

El Lugar de la Persuasión.

 

Existe hoy la errada idea de que persuadir, intentar convencer o cambiar la conducta de alguien o de algunos, es un atentado a la libertad, un cruce ilícito de autonomía. Nadie puede desconocer que un paternalismo exacerbado por parte de gobernantes o gobernados asfixia y socava la libertad. Ahora bien incluso respecto de un paternalismo moderado, expresado por ejemplo en advertencias de transito, en recomendaciones de uso medico o simplemente radicado en la guía parental de nuestro día a día, no se da el espacio para pensar en un debilitamiento de nuestras libertades. Cosa muy distinta ocurre cuando lo que media nuestra relación con la autoridad, con quienes ejercen un grado de tutelaje en nuestras vidas, se combina con arbitrariedad e imposición. En este punto se lesionan los fundamentos de la coexistencia social, y la libertad y su expresión, es atenazada por la dominación. Una dominación que no se legitima socialmente ni tampoco se legitima a partir de principios democráticos. Su poder en cuanto asimila o domina se aleja de la libertad y la ahoga al precio de convertir la autoridad en autoritarismo. La lealtad y confianza ciudadana se diluye en un no pacto social cuya cohesión resultante es producto del miedo o la ignorancia.

Si queremos romper el circulo de esta nociva dominación, justamente la herramienta persuasiva, con todos sus tonos socráticos, permite ponderar, evaluar y expresar ideas y principios en orden a transgredir. Michel Foucault, quien en un principio defendió la idea estructuralista y sistémica de la dominación, finalmente asumió la importancia de la agencia humana y su voluntad. Lo hizo con el convencimiento que estas y no otras características no solo pueden derribar las arbitrariedades del poder, sino que a su vez pueden dar cuenta de su producción, reproducción y potencial transformación. En ello es donde realmente vive la libertad; no es entre cuatro paredes, no es en su etapa personal, embrionaria y privada. Es justamente vehiculada en el dialogo, atestiguada en la persuasión, respetada en la conducta, reformada en el intercambio y defendida en el punto mas evidente y colectivo de toda liberación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario