17 de agosto de 2011

¿Quién paga la educación?

por Raúl Elgueta.
Sociólogo y Doctor en Ciencia Política.

Nada es gratis ha dicho nuestro presidente. ¿Qué quiere decir con esta afirmación?

  1. El sentido en el que pensaba el presidente. Puesto que somos un país con recursos escasos, y un gobierno debería tener el tamaño más pequeño posible. Si nosotros financiamos la educación gratuita, estamos dejando de atender otras prioridades. Por lo tanto, son los propios estudiantes los que tienen que financiar sus carreras. En este contexto la relación entre estudiantes e instituciones de educación superior es una relación de mercado, por lo tanto, los estudiantes son clientes, inversores o consumidores de educación que mediante el ‘poder de elegir’ van premiando o castigando a los establecimientos educacionales. Cual es la responsabilidad de los estudiantes (y apoderados) máxima, cuál es la función del estado velar porque las prestaciones de los establecimientos educacionales sean de calidad, o sea es una responsabilidad subsidiaria.
En este contexto no hay derecho a la educación, lo que hay es derecho a ‘elegir educación’. El estado funcionaría como una superintendencia que garantiza unos mínimos de calidad. Resulta paradójico señalar que el estado garantizará unos mínimos de calidad, por un lado, y, por otro, señalar que los estudiantes (y apoderados) producirán un incremento en la educación. ¿Quién resuelve esto, los individuos o el estado?
Frente a este concepto de educación cabe preguntarse. ¿Es una concepción tecnocrática o es una concepción ideológica? Me parece que existen dudas fundadas para sostener que no es una concepción sólo tecnocrática.

  1. El sentido en que piensan los estudiantes. Puesto que existen recursos y la educación es un derecho, es responsabilidad del estado garantizar la educación. La educación no es gratis, y puesto que no es gratis tiene que ser financiada por el estado a través de impuestos que paguen las familias. En esta concepción los estudiantes no son consumidores sino que son ciudadanos, o si no tienen edad la educación debe propiciar la formación de ciudadanos. El inconveniente que tiene el hecho de proponer este derecho radica en el financiamiento de aquellos que tienen suficiente dinero para pagar esta educación. Teóricamente este posible subsidio a los privilegiados que pueden pagar se puede resolver a través de una carga impositiva creciente, es decir, que quien paga más aporte más impuestos. La calidad de la educación está garantizada por el estado. El inconveniente es que se puede perder libertad en el proceso educativo, pero en un contexto de una sociedad de pluralismo no debería ser una amenaza ya que se garantizaría la libertad de ser educado con una concepción del bien que a la vez propicie el respeto por las otras concepciones del bien, es decir, debería ser pluralista.
Frente a este concepto de educación cabe preguntarse. ¿Es una concepción tecnocrática o es una concepción ideológica? Me parece que existen dudas fundadas para sostener que no es una concepción sólo ideológica.

En conclusión, podemos decir en primer lugar que el debate en educación es un debate ideológico y no un debate entre lo tecnocrático y lo ideológico, entre lo realista y lo utópico. Y en segundo lugar, y concordando con el Presidente la educación no es gratis, la diferencia radica en quienes pagan. Si los ciudadanos a través de impuestos o consumidores a través de aranceles. En todo caso hay otras respuestas, sobre todo respecto de la manera en que mediante la educación formamos ciudadanos pluralistas.

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