30 de agosto de 2011

Razones y Sinrazones.

por  Raúl Elgueta R. Doctor en Ciencia Política y Sociólogo.

¿Por qué el gobierno ha fracasado en el diálogo?, ¿Se trata de la falta de sintonía entre lo racional y lo emotivo?, ¿Se trata de lucha entre lo utópico y lo técnico? Evidentemente no. El gobierno se sitúa en lo aparentemente técnico y es éste proyecto el que fracasó, ya se lo llevó el anterior cambio de gabinete. Aparentemente lo técnico emergió simplemente como otro voluntarismo, el tratar de resolver los problemas a golpe de currículum académico resultó menos efectivo de lo que se creía. Por otra parte, pretender que la racionalidad se encuentra en esta pasada de la historia en la “acera derecha” parece un contrasentido al contemplar el “calado intelectual” de líderes como Bush, Piñera, Berlusconi, Aznar, por nombrar sólo algunos. Este razonamiento parece más consecuencia de esa tendencia humana a considerar al otro como carente de racionalidad, diría que es sólo “miopía” ideológica.

Seguramente hay importantes razones para ser de izquierdas y también importantes razones para ser de derechas. Veamos lo que pasa con los estudiantes. Se trata sólo de idealismo o de voluntarismo ideológico, evidentemente no. Parece que las razones se construyen, se “empoderan”. Las “verdades incómodas” aparecen, por algo es tan conocido el cuento del “traje del emperador” donde lo racional es aportado por un niño quien le hace ver al emperador su desnudez. La estructura del relato parece la misma, la “mochila de deudas” de los estudiantes es claramente “inmoral”, cuando se nos dice esta verdad simplemente nos queda sonrojarnos. Sentir vergüenza de ser el país con los niveles de pago de aranceles más altos del planeta, ¿Es eso irracionalidad?, ¿Implica simplemente que tenemos que resignarnos en el casillero de lo “utópico” por estar de acuerdo con esta evidencia? Evidentemente no. Se trata sólo de sentido común. Definitivamente se trata de razones de peso, el gobierno con las suyas y los estudiantes con las propias.

Dicho lo anterior todo queda frente al hecho y problema de que no sabemos dialogar. Definitivamente se trata del caso de la madre ausente. La Concertación era la madre que gobernaba para no “irritar” al padre (o sea a los poderes fácticos como diría Allamand). Ahora que gobierna el padre nos falta la madre. Parafraseando a Oro, muy meretriz será la “concertación” pero era la madre de este niño que se llama democracia post-pinochet, y como se dice en términos vulgares antes que puta es madre.

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