19 de noviembre de 2011

Redefiniendo lo Masculino.

por Enrique Morales Mery


Romper con la imagen uniforme de la masculinidad implica entenderla máallá de una categoría fija. La masculinidad hegemónica ha imperado generando una visión de hombre asociada a fuerza física, competitividad, violencia y un trato sexista hacia las mujeres. Ello ha implicado a su vez, una consolidación negativa del modelo base y el hombre por lo tanto ha  transformado con esto sus relaciones de pareja, familiares y de amistad. 

Por todo lo anterior, la calidad de hombre y la masculinidad asociada, se ha constituido en un "factor de riesgo"; por ejemplo, cuando las relaciones entre padre e hijo se cimientan en un marcado miedo, amparado en lenguaje violento y fuerza, prontamente esa violencia se replica en las relaciones de todo tipo. El riesgo de repetir conductas en la edad adulta conlleva también otras cadenas de violencia. La violencia intrafamiliar, los delitos sexuales, las enfermedades de transmisión sexual, los acosos laborales, la desigual distribución de ingresos entre hombres y mujeres y otros etcéteras muestran claramente las consecuencias de la masculinidad imperante.

El hombre por tanto debiera entrar en un proceso de reflexión con sus pares, con su entorno y en contacto con la realidad. Debiera entenderse que existen hombres y masculinidades; debiera asumirse también una auto comprensión que contenga el "mosaico" que habita en cada hombre. Todas estas complejidades y desafíos deben leerse a su vez desde una perspectiva de equidad de género, en alteridad y en acercamiento con las mujeres y su también valorable multiplicidad. Hombres y masculinidades deben transitar desde la violencia y sus factores de riesgo (alcoholismo, maltrato, violación etc.) hacia una reconciliación con la sensibilidad, la paz, la diversidad sexual, el afecto, la debilidad, la ternura y la compasión. Todo este conjunto de factores y miradas permiten avanzar hacia una nueva historia, que ciertamente ilumina los espacios de fraternidad, amor filial, paternidad, sexualidad y tantas dimensiones por descubrir, todos espacios de una masculinidad inclusiva, diversa y enlazada con una vida más amplia y plena. 

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1 comentario:

  1. Si bien en la actualidad se vive un confuso proceso psicológico y emocional que promueve la “masculinización” de ellas y la “feminización” de ellos. No es menos cierta, la pervivencia de los tradicionales roles de género. Compleja situación para aquellos a quienes nos ha tocado vivir la ambigüedad de esta sociedad postmoderna en la cual parece haberse instalado la relatividad casi como una noción sacra. Y es precisamente por eso, que no puedo dejar de preguntar... Qué será mejor?... Parapetarse en lo socialmente aceptado o simplemente aceptar que todo depende de las circunstancias de cada uno.

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